La contracción del tiempo y la vida
El tiempo que no nos tomamos nos devora y nos toma. Cada vez tenemos más necesidades y menos tiempo de poder compartirlas. Siento la civilización y la humanidad como un máquina a destiempo y cada vez más acelerada como queriendo romperse en mil pedazos. El tiempo en la conciencia se contrae con más fuerza. Sin saberlo caemos en la inercia y normalizamos una velocidad en el vivir que nos hace fríos y cada vez más individualistas, la velocidad de los tiempos nos aísla bajo la zanahoria de nuestro propio destino. La necesidad al fin y al cabo de mantener a flote nuestra barca ante las mareas intempestivas y aceleradas de nuestra era. El reflejo de nuestra unidad primordial vertida en un deseo de estar juntos bajo el espejismo de creencias e ideales que empañan una simple y honda necesidad humana. Permanecer juntos, vivir acompañados sin necesitar de un para qué. Nos necesitamos para vivirnos y no sólo para sobrevivir y devorarnos con ideales, proyectos o la tan afamada r